Como todos los meses de mayo,
hemos realizado una salida para conocer alguno de los espacios
naturales de nuestra región que albergan importantes valores
paisajísticos y ecológicos. En esta ocasión
nos desplazamos hasta el Moncayo. El miércoles día 23 de mayo,
salimos a las 8 del Museo Pablo Serrano. El conductor del autobús
nos comunico que solo sabía llegar hasta Borja pero no tuvimos
problema porque nosotros conocíamos el camino, ademas nuestro alumno
Carlos nos dijo que si teníamos alguna duda el nos guiaría porque
conoce perfectamente la zona, ya que es de Lituenigo.
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Preciosa panorámica del Parque del Moncayo |
Antes de llegar
estuvimos esperando un tiempo en el Monasterio de Veruela a las
amables monitoras Isabel y Pilar que nos acompañarían e
instruirían durante el recorrido. Durante estos momentos tuvimos
tiempo de asomarnos a la entrada del monasterio y de charlar con
alumnos y profesores sobre nuestras andanzas por el territorio.
Víctor nuestro participante mayor en el grupo de Habiledades nos
comento que antaño él tenia la costumbre de ascender a la cima del
Moncayo todos los años con sus chicas hasta que estas dijeron basta.
La segunda parada
la hicimos al pie del Moncayo para poder apreciar todo el perfil de
la Sierra e intentar conocer la vegetación que la cubre,
diferenciando las distintas coloraciones de las plantas que se
reparten a distintos niveles por toda ella. Allí abajo
conocimos algunas de las especies de plantas propias de este entorno,
más seco que el de la montaña que nos esperaba. Vimos encinas o
carrascas con sus hojas duras y pinchudas y el oloroso tomillo
florido. También supimos de las múltiples jaras, de una orquídea
de flores blanquisimas y de una planta aromática con flores
peculiares, que acababan en un pequeño penacho violeta, como si de
plumas de indio diminutas se trataran. Era el cantueso (Lavándula
stoechas).
Nuestra monitora
Isabel quiso diferenciar lo que es una obra humana como los parques
y jardines que están hechos “por los hombres” de lo que es un
parque natural, que a pesar de la intervención de las personas
siempre es fruto de la naturaleza, o eso creíamos nosotros, pues el
bueno de Jorge pensó que, si los jardines los habían hecho los
hombres , las mujeres (no iban a ser menos) debían haber hecho el
Parque Natural del Moncayo. Después de este descubrimiento subimos a conocer Agramonte.
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Oquidea entre las encinas |
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Cuidado con las encinas que pinchan, oled los romeros y tomillos que están todos en flor |
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Un Lución recogía calor sobre la carretera. ¡Precioso ejemplar! |
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Serval blanco -Sorbua aria- en flor |
Nuestras monitoras
nos enseñaron el centro de interpretación, donde vimos un par de
audiovisuales sobre los parques y zonas protegidas, uno de ellos con
muy bonitas fotos de fauna y flora.
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Centro de interpretación de Agramonte |
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Angel, Gonzalo, Víctor, Sandra y Pilar muy atentos a las explicaciones |
Luego nos mostraron
alguna de las especies de fauna del lugar, Pudimos ver una
representación de rapaces con buenos modelos hechos a tamaño
natural del buitre, el águila real, el águila calzada y el águila
ratonera. Nos enseñaron una musaraña conservada en formol y las
cornamentas de los ciervos que viven en la zona de Soria y de los
corzos. Nuestros alumnos supieron responder acertadamente y dar los
nombres de casi todas las especies por las que les iba interrogando
la monitora, le contaron entre otras cosas, que nosotros también
tenemos nuestros petirrojos particulares en la Escuela. Vimos así
mismo una maqueta del Moncayo con los nombres de sus distintos
lugares.
Posteriormente
hicimos una pequeña excursión hasta la fuente de la Teja donde
pudimos ver nuevas especies de plantas y animales, como el arándano
de ricos frutos mientras cruzábamos algún riachuelo en un pequeño
bosquecillo de abedules. Por allí pululaban los azulados escarabajos
peloteros.En uno de los bordes
del bosquecillo cerca de la carretera encontramos un “nido” de
hormigas rojas, que son bastante agresivas. Isabel la monitora
escarbo con un palo en el hormiguero para que pudiéramos apreciar el
peculiar aroma del ácido fórmico que producen las hormigas para
defenderse, pero los chicos intuían que eso no iba a ser agradable.
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Entre los pinos silvestres una caja de murciélagos
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Nido de hormigas rojas- las grandes limpiadoras de cadáveres del bosque
Llegamos a la Fuente
de la Teja. Un lugar sombreado por hermosas hayas, donde nos hicimos
una foto todos juntos. Luego volvimos paseando de nuevo hasta la zona
de picnic para comer (otra vez).
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Preciosas hayas, las reinas del bosque. |
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Los amantes de la naturaleza en la fuente de la Teja - bajo la sombra de las hayas |
Salimos del Moncayo
para volver a Zaragoza sobre las cuatro, recordando lo bello que
estaba el Moncayo, lleno de flores, frescura y verdor. A la vuelta
los dos Jesuses alumno y profesor estuvieron muy parlanchines
mientras muchos dormitaban.
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