jueves, 31 de mayo de 2018

Visita al Parque Natural del Moncayo

Como todos los meses de mayo, hemos realizado una salida para conocer alguno de los espacios naturales de nuestra región que albergan importantes valores paisajísticos y ecológicos. En esta ocasión nos desplazamos hasta el Moncayo. El miércoles día 23 de mayo, salimos a las 8 del Museo Pablo Serrano. El conductor del autobús nos comunico que solo sabía llegar hasta Borja pero no tuvimos problema porque nosotros conocíamos el camino, ademas nuestro alumno Carlos nos dijo que si teníamos alguna duda el nos guiaría porque conoce perfectamente la zona, ya que es de Lituenigo.

Preciosa panorámica del Parque del Moncayo


Antes de llegar estuvimos esperando un tiempo en el Monasterio de Veruela a las amables monitoras Isabel y Pilar que nos acompañarían e instruirían durante el recorrido. Durante estos momentos tuvimos tiempo de asomarnos a la entrada del monasterio y de charlar con alumnos y profesores sobre nuestras andanzas por el territorio. Víctor nuestro participante mayor en el grupo de Habiledades nos comento que antaño él tenia la costumbre de ascender a la cima del Moncayo todos los años con sus chicas hasta que estas dijeron basta.


La segunda parada la hicimos al pie del Moncayo para poder apreciar todo el perfil de la Sierra e intentar conocer la vegetación que la cubre, diferenciando las distintas coloraciones de las plantas que se reparten a distintos niveles por toda ella. Allí abajo conocimos algunas de las especies de plantas propias de este entorno, más seco que el de la montaña que nos esperaba. Vimos encinas o carrascas con sus hojas duras y pinchudas y el oloroso tomillo florido. También supimos de las múltiples jaras, de una orquídea de flores blanquisimas y de una planta aromática con flores peculiares, que acababan en un pequeño penacho violeta, como si de plumas de indio diminutas se trataran. Era el cantueso (Lavándula stoechas).

Nuestra monitora Isabel quiso diferenciar lo que es una obra humana como los parques y jardines que están hechos “por los hombres” de lo que es un parque natural, que a pesar de la intervención de las personas siempre es fruto de la naturaleza, o eso creíamos nosotros, pues el bueno de Jorge pensó que, si los jardines los habían hecho los hombres , las mujeres (no iban a ser menos) debían haber hecho el Parque Natural del Moncayo. Después de este descubrimiento subimos a conocer Agramonte.


Oquidea entre las encinas


Cuidado con las encinas que pinchan, oled los romeros y tomillos que están todos en flor


Un Lución recogía calor sobre la carretera. ¡Precioso ejemplar!
Serval blanco -Sorbua aria- en flor
Nuestras monitoras nos enseñaron el centro de interpretación, donde vimos un par de audiovisuales sobre los parques y zonas protegidas, uno de ellos con muy bonitas fotos de fauna y flora.
Centro de interpretación de Agramonte
Angel, Gonzalo, Víctor, Sandra y Pilar muy atentos a las explicaciones

Luego nos mostraron alguna de las especies de fauna del lugar, Pudimos ver una representación de rapaces con buenos modelos hechos a tamaño natural del buitre, el águila real, el águila calzada y el águila ratonera. Nos enseñaron una musaraña conservada en formol y las cornamentas de los ciervos que viven en la zona de Soria y de los corzos. Nuestros alumnos supieron responder acertadamente y dar los nombres de casi todas las especies por las que les iba interrogando la monitora, le contaron entre otras cosas, que nosotros también tenemos nuestros petirrojos particulares en la Escuela. Vimos así mismo una maqueta del Moncayo con los nombres de sus distintos lugares.


Posteriormente hicimos una pequeña excursión hasta la fuente de la Teja donde pudimos ver nuevas especies de plantas y animales, como el arándano de ricos frutos mientras cruzábamos algún riachuelo en un pequeño bosquecillo de abedules. Por allí pululaban los azulados escarabajos peloteros.En uno de los bordes del bosquecillo cerca de la carretera encontramos un “nido” de hormigas rojas, que son bastante agresivas. Isabel la monitora escarbo con un palo en el hormiguero para que pudiéramos apreciar el peculiar aroma del ácido fórmico que producen las hormigas para defenderse, pero los chicos intuían que eso no iba a ser agradable.

Entre los pinos silvestres una caja de murciélagos
Nido de hormigas rojas- las grandes limpiadoras de cadáveres del bosque

Llegamos a la Fuente de la Teja. Un lugar sombreado por hermosas hayas, donde nos hicimos una foto todos juntos. Luego volvimos paseando de nuevo hasta la zona de picnic para comer (otra vez).

Preciosas hayas, las reinas del bosque.
Los amantes de la naturaleza en la fuente de la Teja - bajo la sombra de las hayas

Salimos del Moncayo para volver a Zaragoza sobre las cuatro, recordando lo bello que estaba el Moncayo, lleno de flores, frescura y verdor. A la vuelta los dos Jesuses alumno y profesor estuvieron muy parlanchines mientras muchos dormitaban.

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